Una clara demostración de que el territorio chileno cercano a la frontera con Perú no está abandonado es el meritorio trabajo que están realizando la Agrupación de Pequeños Agricultores de Arica y Parinacota (APAAP).
A tres kilómetros del límite con el vecino país, cerca del Hito 1 y el controversial “triángulo terrestre”, en una desértica zona que antes estaba plagada de miles de minas antipersonales y que hoy es codiciada por Bolivia en sus intenciones de contar con una salida soberana al mar, los 80 integrantes de este gremio ya producen hortalizas, verduras y frutas.
Se trata de 350 hectáreas que forma un verdadero vergel que contrasta con paisaje desértico y que servirá no sólo para abastecer a la región, sino que a todo Chile con sus productos. Cada agricultor cuenta con 4 hectáreas, de las cuales utilizan una como invernadero. En dos años, yan ha invertido más de 1.000 millones de pesos.
“Somos parte de la historia de la región, al cambiar el uso de un terreno desértico de fines bélicos a un campo productivo que da vida en medio de la nada”, explicó Claudio Godoy, integrante de APAAP, quien cosecha melones, porotos verdes y maracuyá.
¿Pero cómo se logró el crecimiento de frutas y verduras en pleno despoblado? Desde 2013 que los pequeños agricultores buscaron fórmulas, hasta encontrar las más efectivas. Instalaron más de 10 kilómetros de tuberías desde el Aeropuerto, donde se abastecen del agua.
El líquido se recepciona en un pozo gigante que construyeron en medio de los predios, el que a través de un motor a petróleo redirige el agua hacia cada uno de los lotes. En total, los 80 agricultores utilizan 12 mil metros cúbicos al mes. “Sería ideal que fuese con energía solar, pero para eso necesitamos subvención”, agrega Godoy.
Para maximizar los recursos, los agricultores aplican sistemas riego por goteo, hidroponía u otras técnicas. “Es un esfuerzo enorme de tiempo y dinero. Años de sacrificio e inversión, pero que hoy está dando frutos. Estamos orgullosos de agregar valor a una zona de mucha controversia geopolítica, donde demostramos que está siendo usada de forma últil. Ejercemos soberanía”, sostiene el presidente de APAAP, Niksa Bezmalinovic.