La depresión es una enfermedad grave, cuyo origen puede ser biológico, psicológico o social. No obstante, y de acuerdo a la Clínica Mayo, también pudiesen existir efectos estacionales en algunos pacientes aún cuando la evidencia científica no es concluyente.

El Trastorno Afectivo Estacional (TAE), conocido también como “depresión de primavera”, afecta a personas que comienzan a sufrir alteraciones en sus estados de ánimo y se vuelven más vulnerables en determinadas épocas del año. “No hay estudios significativos que señalen por qué se genera este trastorno, pero efectivamente existe un aumento de consultas médicas y en farmacias por tratamientos que ayuden a superar este estado de desgano”, señala Paula Molina, químico farmacéutico de Farmacias Ahumada.

Existen personas que en invierno experimentan ciertos trastornos debido a la escasa luminosidad, pero otras lo sufren con el cambio de estación y la vuelta de la luminosidad, aunque no existen antecedentes científicos significativos por falta de estudios”,

La Clínica Mayo indica que existen varias hipótesis que se barajan frente a estos fenómenos depresivos. El aumento de la luminosidad en primavera podría ser una de ellas. “Este incremento afecta la secreción de melatonina, hormona que se relaciona con la regulación del sueño y estabilidad del ánimo, lo que produciría mayor sensibilidad e inestabilidad”, indica Molina.

Asimismo, el organismo plantea que las alergias podrían ser un factor importante en el desarrollo de este fenómeno. De acuerdo a la facultativa, “las personas alérgicas tienen un compromiso inflamatorio respiratorio de importancia durante la primavera, debido a los alérgenos como el polen. Esto también podría provocar mayor susceptibilidad e inestabilidad en los estados del ánimo”.

Por último, no podemos olvidar los factores sociales que trae el cambio de estación. Si los niveles de calidad de vida son bajos, una persona podría verse más presionada en esta época a sentirse “bien y radiante”.  Por esto, es importante estar atentos a los comportamientos de las personas que nos rodean en esta época.

Si bien estas teorías podrían explicar este trastorno durante el periodo primaveral. No obstante, y como ya se ha señalado, no existen estudios que comprueben -de forma concreta- algunas o todas estas hipótesis. Lo cierto es que en primavera sí ocurre algo que altera los estados emocionales y pueden provocar una depresión. “Por esta razón, y ante las primeras sospechas, es necesario recurrir a un especialista en la materia, que indicará el mejor tratamiento para sortear este fenómeno”, finaliza Molina.