• Examen veterinario permitió determinar que el perro se encontraba desnutrido y que había sido víctima de un acto de tipo zoofílico, lo que provocó su posterior deceso.

Tras presentar una serie de argumentos, la Unidad de Asesoría Jurídica de la Fiscalía de Arica logró confirmar, ante la Corte de Apelaciones, una condena de presidio contra D.C.B., como autor del delito de abandono o maltrato animal, por los hechos que llevaron a la muerte del can “Weichafe”, durante agosto de 2020.
La investigación dirigida por la fiscal Érika Romero y trabajada junto a la Brigada Investigadora de Delitos Medioambientales (Bidema) de la PDI, permitió establecer que todo comenzó a desarrollarse cuando la madre del acusado realizó un viaje a la ciudad de Calama, dejando al cuidado de éste a dos canes al interior de una parcela.
Así, el día 22 de ese mes el individuo de iniciales D.C.B. concurrió a la parcela antes mencionada, sin poder divisar a uno de los canes. Luego de una búsqueda por el sector, el acusado logró dar con el animal, el cual se encontraba en un aparente estado de desnutrición y deshidratación, además de que manifestaba mucho dolor cuando lo tomaban en brazos, ya que mantenía una herida en la cola. Por lo anterior, el sujeto trasladó al can hasta una veterinaria de la ciudad de Arica.
En momentos en que el perro era atendido, el acusado mintió, señalando que el animal no era de él y que lo había encontrado en el kilómetro 21 de la carretera en el valle de Azapa.
La revisión realizada por el médico veterinario permitió constatar el mal estado de nutrición del can; asimismo, se estableció que había sido víctima de un acto de tipo zoofílico, cuyo autor no pudo ser identificado. Estas lesiones y su mal estado de salud provocaron la muerte del animal el día 23 de agosto.
“Como Fiscalía local estamos muy contentos de haber logrado una condena tan significativa por un delito de maltrato animal con resultado de muerte (…) Estos hechos tuvieron lugar en una parcela al interior de San Miguel de Azapa, donde el animalito se encontraba solo, no se le suministraba agua ni comida, tenía que obtener estos recursos de lugareños, por lo que estaba deshidratado y además desnutrido. Además, fue sometido a actos de tipo zoofílico que lo dejaron en muy mal estado, y esto llevó posteriormente a su muerte en una veterinaria de la ciudad de Arica”, así lo señaló la fiscal adjunta Érika Romero.
El trabajo de la Unidad de Asesoría Jurídica de la Fiscalía permitió que la Corte de Apelaciones de Arica rechazara el recurso de nulidad interpuesto por la defensa, por lo que se ratificó la pena de dos años de presidio menor en su grado medio que el acusado cumple en libertad, la suspensión de empleo u oficio público mientras dure su condena, una multa de 20 UTM mensuales, además de la pena accesoria de inhabilidad absoluta perpetua para la tenencia de animales.